«Gente que acompaña el camino»

«Gente que acompaña el camino»
Camino de Santiago

Parece que el día acompaña para caminar. Las nubes tapan ligeramente el sol y el fresco de la mañana anima nuestros cuerpos. De animar el alma ya nos encargamos anoche, dando buena cuenta del Albariño (remedio casero para generar la risa y superar los dolores), la crema de orujo (esencial para desinflamar los músculos) y el licor de hierbas (ayudante en la digestión y coger bien el sueño). 

Cada metro recorrido nos acerca más a nuestro destino y a esas personas que, sin saberlo, se van haciendo protagonistas día a día de pequeños encuentros. 

Tras varios kilómetros de andadura, por ahí ya vemos a «Las Gintonics», dos simpáticas chicas andaluzas que caminan con salero tranquilo, pero que nada más llegar al destino, varias horas después de nosotros, siempre se sientan y se enjuagan el sudor con esa bebida: «¡que argo tendremos que echarnos, pa podé seguí, mi arma!»

Raudos nos sobrepasan «Los antipáticos», una pareja que no da ni los buenos días, así que esperar escuchar de ellos aquello de «¡buen camino!», al segundo día nos damos cuenta de que no sirve de nada. Ellos sabrán. Llegar lo harán como todos, llenos de polvo, pero el de ellos hasta en el alma.

A los que nos gusta adelantar es a «Los chicos y su perro». El cánido, que también porta una pequeña mochila, es más educado que los anteriores y hasta nos acompaña unos metros moviendo la cola, pero enseguida se entretiene, con cualquier excusa, para a esperar a su dueña. 

«El padre y el hijo», los adelantamos ya pasado la mitad del recorrido. Van a su ritmo, sufriendo, sobre todo el mayor. Pero van. Estos, además de saludar, les apetece conversar. Lástima de ritmo.

«Los mejores», a los que les damos las gracias por tantas atenciones, por los buenos momentos, por acogernos y acompañarnos cuando fueron capaces, por los chupitos escondidos en la mochila, por las risas y las preocupaciones, por ser como son: Octavio, Inés, Isa y Santi. Gracias por ser parte de nuestro camino, por la compañía. Sigamos caminando, que aún queda camino.

Gracias por leerme.