
Lo cierto es que esta tarde no tengo nada que hacer. Parece que la cabeza me va a explotar. Hoy amaneció embotada con un montón de ideas, proyectos, preocupaciones…, y no les veo salida. A estas horas, así sigo. Lo mejor que puedo hacer es salir y pasear, a ver si el aire y escuchar otros sonidos ayudan.
En mi caminata urbana me sorprende un nuevo local. Tiene la pinta de una pequeña cafetería mezclada con una librería. Desde los grandes ventanales que dan a la calle puedo ver cómo en cada mesa hay parejas hablando. Pero algo me llama la atención. Quizás sean sus gestos, o las expresiones de sus caras, o los pequeños carteles que cada uno de ellos tiene delante. Desde aquí puedo leer: mendigo, ramera, refugiado, bipolar… No me lo pienso. Mi curiosidad puede más. Entro.
Al fondo a la derecha, cerca de los baños, ¡como no!, veo la única persona que no está acompañada. La dependienta, que acude a saludarme nada más verme entrar, con ojos de ¿qué coño es este sitio?, me invita a sentarme con él y descubrirlo por mi mismo.
Miro al tipo de arriba a abajo. Lo hago con desagrado. Su aspecto es bastante desagradable. Es un fulano flaco, malencarado, con los cachetes llenos de hoyos, probablemente marcas de viruela… Nada mas acercarme se levanta y saluda afable.
Tras un rato de cháchara descubro que me encuentro muy a gusto a su lado. He olvidado mis pequeños problemas y estoy asombrado de la vida tan interesante que este astrofísico tiene. Lo había jugado por su portada, como si fuera un libro, pero ahora…
Gracias por leerme.
PD. Esta historia está inspirada tras la lectura de este artículo. Aunque te parezca increíble, a mi al menos me lo pareció, las bibliotecas humanas existen, lo que me lleva a la fantástica conclusión de que no está todo inventado. Aún hay esperanzas.
Ay los prejuicios !!!
Muy bueno el relato, y si, las bibliotecas humanas existen. En Dinamarca hay bibliotecas donde se puede pedir prestada a una persona en lugar de un libro y escuchar su historia. Todos tenemos cosas que contar y esta idea de bibliotecas humanas puede ser sin duda muy enriquecedora.
Enhorabuena amigo y gracias por tus relatos. Los leo, aunque no te pongo comentarios. Un abrazo