«Un tipo normal con una extraña colección»

Hay muchos tipos normales. A primera vista, claro.

Sin dudarlo un segundo Juan —nombre ficticio—, es un tipo normal. Como muchos de nosotros tiene sus manías, sus rarezas, sus costumbres…, pero se le considera un tipo normal. En su casa le reprenden por esa manía que tiene de morderse las uñas, él sale al paso y siempre dice que es por nervios. También lo felicitan por lo buen fotógrafo que es. Aunque se ha pasado a la cámara digital, sigue guardando, en un armario cerrado con llave, los viejos botes de los rollos de fotos. 

Bueno, hasta ahí todo bien.

Juan ahora tiene una nueva pareja, no sabe cómo contarle lo de su afición. Su ex la conocía, no le gustaba, pero como era un tipo normal y lo había conocido así… Ana —nombre ficticio— es distinta, no sabe nada, no se imagina nada. Sinceramente el no cree que ella pueda entender lo que le atrae de esta colección tan personal que tiene.

Juan mantiene una lucha interior. Sabe que necesita ayuda. Por eso me lo ha contado. Por eso me mandó el enlace a la publicación en la que, utilizando otro nombre, hace tiempo, contó su afición. Quiere que le ayudemos a resolver su duda. ¿Le cuenta a Ana lo de su colección o mejor se calla? ¿Crees que debería deshacerse de ella o esconderla? ¿Tú qué harías en su caso?, ¿y si fueras Ana?

Lo mejor de Juan, este tipo normal, es que puede ser cualquiera de nosotros: el frutero, el panadero, el taxista, el maestro… Todo indica que es un tipo normal, salvo por esta pequeña característica que lo hace diferenciarse de los demás: su colección de uñas mordidas.

Gracias por leerme. 

PD. Sí, es algo extraño todo esto, pero si quieres conocer de verdad la historia de este hombre, si quieres ver fotos de su colección, aquí te dejo el enlace. Juan es un tipo normal con una extraña colección y ya sabemos que por esta esquina pasa todo tipo de gente.

1 comentario en “«Un tipo normal con una extraña colección»

  1. Cierto que cada Juan, Luis, Manolo… frutero o no, pinturero de la vida, etc… tiene sus manías y cosillas, pero, convendrás conmigo, la colección, con todos mis respetos, es, cuanto menos, peculiar y… (dejo el calificativo para los mejor entendidos), pero… ¡allá él!
    Debería desvelar su gran secreto, así la otra parte además de saberlo, tendría juicios o no, para seguir o… Seguramente él descansaría y viviría más feliz con más tiempo de seguir almacenando elementos queratinosos.
    Salud, mardito roedó

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