
En el cole hemos decidido publicar un libro de cuentos, así que Sofía ha tenido que sentarse a pensar la historia que quería escribir.
Estaba muy contenta, ya que podía inventarse el cuento que ella quisiera. Le apetecía mucho escribir de piratas, pero no sobre uno de esos que tiene un barco de vela y un loro posado en el hombro. Ella quería narrar la vida de otro tipo de pirata: quizás de una que fuera chica, y que en vez de navío se desplazara en moto de agua. No quería que tuviera una pata de palo, ni grandes aros en las orejas, aunque sí un piercing en la nariz…
Todas esas ideas le generaban muchas dudas. No estaba muy segura, aquellas ideas parecían muy alocadas, muy dispares para su historia. Parecía que su relato iba a quedar un poco raro. Y es que, pensar en un cuento es una cosa, y ponerse a escribirlo es otra. Las ideas no fluían con la velocidad que ella necesitaba.
Cuando escuchó las primeras propuestas de sus compañeros, también se quedó sorprendida. ¡Cada uno de ellos tenía un proyecto distinto!
Escuchó que Antonio, el niño de pelo largo, iba a escribir sobre un astronauta que no quería ir al espacio; se quedó muy sorprendida cuando escuchó la historia de Ana, la niña que viene de un país extranjero, pues a mitad de la narración paró para pedir ayuda porque sus palabras se mezclaban con las de su idioma materno, y así no podía explicarse bien. Atendió al cuento que proponía Rafa, todos lo llamaban así, porque en realidad su nombre oriental resultaba muy difícil de repetir, pues no existía traducción al castellano… De esta manera vió que todos los niños y niñas de clase tenían cuentos que trataban temas e historias muy diversas entre sí. Eso la reconfortó.
Poco a poco comenzó a componer a su personaje, una fabulosa pirata que era capaz de salvar a los príncipes que se metían en apuros o asaltar barcos enemigos armada tan solo de una pequeña espada que más bien parecía un palillo de esos que se usan para ensartar aceitunas.
Tras muchas líneas escritas, tras muchas palabras enlazadas unas con otras, la joven pirata fue tomando forma. Su tripulación estaba compuesta por una gran variedad de atrevidos y dispares camaradas de viaje. Para ello, sin que nadie lo supiera, Sofía había usado a las personas de su alrededor y así idear al resto de los compañeros de su pirata. De esta forma tenía un pirata gordo, otro flaco, una con el pelo rosa y otro que lo llevaba de color azul; los había bajos, altos, de piel blanca, oscura y más oscura, con pendientes, sin ellos, con zarcillos o tatuajes, con patas de palo y hasta uno que iba en silla de ruedas, a las que le había atado unos flotadores por si se caía al agua. Todos los tripulantes de su pequeño navío, que tenía forma de bañera, erán distintos. Eso la hacía feliz ganándose el sobrenombre de Capitana Diversa.
Cuando le tocó el turno a Sofía de leer su relato, sus compañeras y compañeros, se emocionaron mucho, aquella tripulación diversa se parecía mucho a su clase. Sofía había logrado crear una historia en la que todos los niños y niñas, sin importar sus diferencias tenían cabida, pues habían sabido solventar los problemas trabajando en equipo y ayudándose unos a otros. Gracias a la Capitana Diversa, se habían convertido en una tripulación de lo más diferente, como las personas que nos rodean, y con las que convivimos, todos los días.
Gracias por leerme.
PD: La presente historia está publicada en la ANTOLOGÍA ESCOLAR que cada curso escolar publicamos en mi cole dentro del PROYECTO: «TE FIRMO UN EJEMPLAR», del que María Jesús Bergaz López es la propulsora y coordinadora. El diseño de la portada es de otro de los pilares del centro, Jesús Rodríguez Bravo. Aprovecho para agradecer a todo el Claustro el esfuerzo, la dedicación y el trabajo realizado con esta actividad. Sin duda, una de las más potentes que realizamos.
Maravilloso Proyecto. Enhorabuena a todo el Claustro por contribuir a que el alumnado aprenda una de las funciones más importantes de la lengua : transmitir emociones, pensamientos, vidas para que otros las disfruten leyendo.
Así, directamente, dale las gracias a la niña por incluirnos a los bajitos, rechonchos y no mu guapos en su historia. Y a ti, crack por estar fijo al loro, un achuchón, mardito roedó….
Fueron dados. Se quedó asombrada que, desde tu tierra leyeran su historia. Un saludo.
Hola Guille!! Me ha encantado este relato de la Capitana Diversa. Como la vida misma!
No dejes de escribir.
Un abrazo!!!
Muchas gracias. Eso espero, seguir inspirado y seguir inspirando. Un abrazo.