«La visita de Eolo»

Desde la antigua Grecia nos visita con toda su furia. Esta es la primera idea que podemos tener algunos, pero lo cierto es que la historia puede tener más trasfondo.
            Según me contaron, hace ya mucho tiempo ─yo fui uno de esos que dieron clase de Latín y cultura clásica─ Zeus otorgó a Eolo, hijo de Poseidón, el poder de controlar a los vientos, los llamados «Anemoi», que se correspondían con los cuatro puntos cardinales (Bóreas, el viento del norte; Noto, viento del sur; Céfiro, viento del oeste y Euro, el viento del este). Él era pues el encargado de controlar las tempestades, el movimiento de las nubes…, y todo para colaborar con otros dioses, en la desempeño de sus labores, o para influir en las acciones de los mortales.
            En esta ocasión, parece que ha soltado a todos los Anemoi a la vez, esperemos que los agarre y no siga. 

7 comentarios en “«La visita de Eolo»

  1. Qué pasada con el vientito, y ahora que parece que por fin para, lo sustituye el aguita y los truenos y relámpagos…, nada, tormenta en toda regla. Cuñi.

  2. Se te olvidó un viento importante y para nosotros un viento de andar por casa, el Alisio, será que el tal Eolo venía "cargado" y no le cupo en la bolsa de los propios. ¡Nada, otra vez será!

  3. Pues sí que ha soplado con ganas…me ha dejado sin agua…se llevó el hasta el "bidón". A ver a quién le paso ahora yo la factura del fontanero…¿a ese tal Céfiro?

    Myriam

  4. CUÑI: y el próximo finde…más.

    CARMEN: jajaja a grandes males…

    J: pues por aquí se notó y mucho.

    NURIA: Bueno ya hemos medio arreglado la cosa.

    ANÓNIMO: es que Eolo no sabía de localismos, pero no lo olvido.

    MYRIAM: ¡Cuidado con los fontaneros que…!

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