«Chocolate sabor a menta»

«Chocolate sabor a menta»

La boca de Clara tiene un maravilloso sabor a chocolate y menta. O, al menos, eso dice Raul. Además, la chica, afirma que desde que era pequeña, todo en su casa tenía que ver con ese maravilloso producto. De hecho en su hogar siempre decían que tenía un corazón con forma de delicioso bombón listo para amar. Así está él, loco por besar esos labios sabor con ese apasionante regusto.

Otra preciosa característica de la personalidad de Clara es la increíble luz que tiene en su mirada. Con ella ha llenado de ilusión, claridad, sinceridad y entusiasmo los ojos y el corazón de Raul, que, atraído por ella, siempre la mira a escondidas o de reojo.

Muchas veces, cuando se despiden, el primero que se marcha de los dos, tiende a girarse, para comprobar si la otra persona lo observa. Lo hacen. Ambos lo hacen. Ambos se miran y desean. Entonces se sonríen.

Hoy, el sabor de los labios, ese con efecto de chocolate y menta, el mismo que endulza la vida, que ya bastante amarga resulta, junto con la dulce y tierna mirada de ella, componen los deseos que ambos tienen de besarse. 

Los dos se miran. Funden sus cuerpos en uno solo. Se entienden como un amor que les llena el alma, distinto a otros, alucinante e increíble, como es el chocolate relleno de menta.

Se reconocen como un sabroso amor, una pasión, una lujuria, una vuelta a la ilusión, un bombón relleno de esperanza. Por eso se acercan el uno al otro. Por eso, los que somos espectadores de los acontecimientos, nos quedamos embobados intentando descubrir cómo, el sabor a chocolate con menta, deja ese formidable regusto que hace que cada beso que se dan es un deseo apasionado, dulce y tierno, distinto e inigualable que constantemente desean continuar. 

Misterioso sabor. Amor que extraño.

Gracias por leerme.