
Por las tardes, una vez terminadas las tareas, acudían a la plaza y seguían con la misión que se habían planteado: ayudaban a las personas mayores a cruzar la calle, recogían papeles del suelo y explicaban, a quién los tiraba, que eso estaba mal…
Una de esas tardes, Doña Juana, la señora del quiosco de las chuches, que los observaba con agrado, los llamó. Tras regalarles unos chicles, como premio, les ofreció un hermoso lazo azul para que lucieran en su brazo. A partir de ese día eran se llamarían «La Pandilla Azul».
NOTA: Si eres maestro/a, educador, padre/madre, abuelo/a… te propongo, que este lunes, trabajes algo de la ONU: un dictado, un dibujo, una asamblea… Si no lo eres siempre puedes aprender algo nuevo en:
Pues sí, con muy poco se puede hacer mucho, y no hace falta ir muy lejos para hacerlo… Cuñi.
Gracias maestro. Mañana me tocan los ordenadores así que me has resuelto la tarea: bucar en Wikipedia, lectura y preguntas sobre la ONU, dibujo… guay.
CArmen.