«Con valor inmaterial»

Y allí sigue, en silencio, acumulando polvo, junto al proyector de

Imagen extraída, sin permiso, de San Google.

cine, el barco pirata y la nave espacial, ocupando un espacio privilegiado en nuestro cuarto trastero. 

Parece mentira que aquel objeto tan insignificante pueda cobrar tanta importancia como para continuar guardado durante todos estos años y ahora, al verlo, tener deseos de cogerlo y de seguir conservándolo.
En cuanto lo vi acudió a mi memoria simpáticos recuerdos. La recordé siempre sonriente, feliz, como una niña pequeña. Le divertía jugar con ella, sacarla —a pasear decía ella—, mientras todos chillábamos y reíamos espantados, porque sabíamos que aquello era parte de su juego.
Disfrutaba, lo veía en el brillo de sus ojos, cuando la lavaba, cuando la cepillaba para sacarle brillo, pero sobre todo le resultaba muy divertido darle los buenos días por la mañana y ponérsela.
La dentadura de la abuela es una de esas cosas que siempre tendrá valor. 

3 comentarios en “«Con valor inmaterial»

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