“El anillo de los deseos”

Había una vez una misteriosa isla gobernada por una bella, aunque muy malvada, reina. Su posesión más preciada era un anillo que daba poderes ilimitados a quien lo poseyera.
En una ocasión una joven aventurera, de nombre Sara, intentó robárselo, con el único fin de intentar devolver a su pueblo todo aquello que le había sido arrebatado.
Tras una peligrosa escalada por los muros de la fortaleza, Sara logró colarse en los aposentos reales sin ser detectada por la guardia.
Con mucho sigilo abrió el pequeño cofre en el que dormía la joya, pero nada más colocarse el anillo en su mano, un resplandor iluminó la habitación despertando a Su Majestad que se puso a chillar alertando a los soldados.
Sara rápidamente deseó estar en un lugar seguro, y el mismo, se cumplió. Deseó el bien, y lo consiguió. Deseó que todas las personas fuéramos iguales y,… en ello está.

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