¿Los héroes nacen o se hacen? Es la típica pregunta, como tantas otras que llevan, en todo lugar en el que se lance, que lleva a singular debate. Sabemos que toda región, país o lugar que se precie tiene el suyo propio: Inglaterra al Rey Ricardo, Corazón de León, Francia a Napoleón, la antigua Roma a… España tiene muchos, pero hoy me quedo con Don Pelayo. Para aquellas almas cuyos recuerdos de la Historia estudiada en la E.G.B. o la Secundaria, recordar brevemente que este personaje derrotó a las huestes musulmanas, allá por el año 737 d.c., en la famosa Batalla de Covadonga, reconociéndose este acontecimiento, como el inicio de la llamada «reconquista» —termino que ya si eso, otro día, podemos discutir.
¿A qué viene todo este royo? Pues contarte que el pasado lunes, nació —y ya nos encargaremos nosotros de convertirlo en héroe— nuestro particular Pelayo. Hermosa criatura de casi 3.900 gr., hijo de mi hermana, la pequeña, y de mi «cuñaoooooo», el gochu asturiano —de ahí el nombre, que sabemos que no es muy normal por estos pagos.
Como no podía ser de otra manera solo quería desearle lo mejor de la vida, porque antes de tenerlo ya lo estábamos queriendo. ¡¡Así que imagínate ahora!!
Gracias por leerme.