«Los zapatitos de la señorita Rita»

Imagen extraída, sin permiso, de San Google.

Todos tenemos unos zapatos que nos gustan más que otros. Esto puede
ser porque con ellos nos sentimos cómodos, porque su color combina
con nuestra ropa favorita o porque lo hacen con el color de nuestros
ojos.

A la señorita Rita le gustaban aquellos viejos zapatos verdes
porque con ellos era capaz de pensar.

Cada
vez que tenía una duda, o simplemente estaba ociosa en casa, se dirigía
a la zapatera y, con mucho celo, los sacaba cariñosamente de su
caja. Antes de ponérselos les pasaba un paño, con el fin de
quitarles las pocas manchas o marcas que pudieran tener, pero con una
delicadeza difícil de imaginar.
Hoy
era uno de esos días. Cuando logró quedarse sola en casa, cumplió
con el ritual que ella misma se había marcado y se embutió en
ellos.
Durante
los primeros instantes siempre pasaba lo mismo, nada. Pero tras unos
pasos alrededor de la mesa de la cocina, o de la del comedor, o tras
recorrer el pasillo varias veces, arriba y abajo, las ideas empezaban
a fluir y con ellas las respuestas que necesitaba.

 ¿Puede
un objeto tener el poder de iluminarnos?

10 comentarios en “«Los zapatitos de la señorita Rita»

  1. El poder mental puede hacernos creer cualquier cosa. Recuerdo a un compañero de trabajo que estaba convencido que cuando llevaba puesta la bufanda del TT al estadio siempre ganaba y cuando no la llevaba, perdía, hasta que un buen o mal día, según lo mires, descubrió que llevando la bufanda le metieron 3-0. el lunes estaba llorando por los rincones, creo que porque descubrió que su bufanda no tenía poderes, no creo que porque hubiese perdido el TT, a eso debería estar más acostumbrado.
    Besos de gofio.

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