«El pago de una deuda pendiente»

Deuda pagada, libro en su estante.

Las deudas que contraemos —y no hablo de las monetarias, que esas las dejo de lado por evidentes—, hay que pagarlas. Estoy totalmente seguro de que estás de acuerdo conmigo. Aunque también estoy seguro de que conoces o te deben alguna.

Ayer, Día mundial de las bibliotecas pagué una deuda que llevaba recomiéndome las entrañas desde hace tiempo.

Es una tontería, apenas tiene importancia, pero era una deuda, comprometida conmigo, que tenía pendiente y que, por fin, ayer, encontré el momento para hacerlo. Seguro que ya sabes qué libro doné.

Mucha gente no lo sabe, pero en las bibliotecas, puedes donar tus libros. Hay algunas bibliotecas que se muestran encantadas cuando les llevas tus libros, siempre y cuando estén en buenas condiciones, claro. Otras, un poco más selectas, ponen una serie de condiciones para poder hacerlo y tienen en cuenta:

  1. Conservación: reciben solo material en buen estado, excepto en el caso de que por su antigüedad o valor interese.
  2. Existencia: aceptan fundamentalmente material que no esté ya en sus estantes.
  3. Materia: Recogen sólo obras cuya temática sea de interés.
  4. Si completa colección: Sobre todo en el caso de publicaciones periódicas; aceptan solo si el título completa alguna colección; si son números sueltos de un título que no forme parte, se descartarán.

¿Sabes porqué cada 24 de octubre se conmemora el Día de la Biblioteca? La historia me gustó cuando la leí en esta página. Como adelanto solo comentarte que la propuesta surge en recuerdo de la destrucción de la Biblioteca de Sarajevo, incendiada el 1992 durante la guerra de los Balcanes. «La iniciativa nació para trasladar a la opinión pública la importancia de la biblioteca como lugar de encuentro de los lectores de todas las edades con la cultura, y como un instrumento de mejora de la formación y la convivencia humana.»

A veces nos olvidamos de que un simple gesto puede ayudar así que a mover algo en el interior de las personas. Ayudar a crear lectores, creo, que es ese «algo», que con el tiempo, devolverá, a las personas de su alrededor, ese momento de encuentro del que habla la justificación del Día de las bibliotecas. 

Así que, pagando esta deuda, con la que me había hipotecado, hasta hoy, creo que me puesto mi pequeño granito de arena.

Ahora te toca a ti. ¿Te resultaría muy complicado donar un libro a una biblioteca? ¿Y si te retara?, ¿subirías a este blog o a las redes una foto tuya donando un libro? Podrías hacerlo con el hashtag #donandounlibro.

Gracias por leerme.

Pd. Encontrarás A ANCOR en varias bibliotecas, pero, dedicada y firmada por mí, desde ayer en la Tomás Iriarte, del Puerto de la Cruz.

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