«Fanfic de Robinson Crusoe»

una gan historia sobre la complejidad humana, las relaciones…

(NOTA ACLARATORIA: El presente relato corresponde a la tercera semana de los «52 retos de escritura para el 2018» planteado por LITERUP, que puedes seguir en las redes sociales con el #52RetosLiterup. En este caso la condición a cumplir es: «Piensa en tu libro favorito e imagina un fanfic, pero con animales.» Podrás leer los otros relatos que he escrito si pinchas aquí).

Aquel bullicio le llamó mucho la atención. Protegido como estaba tras los matorrales, vio que en la que el consideraba su playa, acababan de desembarcar una treintena de peligrosas hormigas caníbales. Sus sospechas por la presencia puntual de otros seres en la isla se hacían realidad. además, aquel grupo, parecía estar dispuesto a comerse a los dos prisioneros que arrastraban.

Tras la muerte del primero, el otro, un ratón de piel oscura, ágiles patas y simpática naricilla, logró huir en su dirección. Sin saber muy bien el motivo, pues a Robison Crusoe, como al resto de los elefantes, los ratones le dan algo de miedo, decide ayudarlo.

Arma en mano y a pesar de contar con la desventaja numérica, pero con el poder de la sorpresa a su favor, se enfrenta a las hormigas caníbales, escachando a alguna de ellas con sus potentes patas y haciendo huir a las demás.

El agradecimiento del pequeño ratón es enorme, así que Robinson decide acogerlo como su criado, llamándolo Viernes, por ser el día en el que estaban.

Los días y meses pasan en la isla. Viernes, poco a poco, aprende a hablar, a comportarse, a cumplir sus tareas…, pero sobre todo, Robison empieza a valorarlo y a no tenerle miedo.

Gracias por leerme.

1 comentario en “«Fanfic de Robinson Crusoe»

  1. Igual al final vivieron felices y no comieron perdices porque el afamado Viernes es vegetariano o porque les pilló la pascua, o vaya usted a saber.
    Si sé, porque me hicieron leerlo en mi tierna infancia (de ahí viene mi odio cerval a la famosa novela), que el Viernes terminó hasta la coleta del Jueves… en fin, no te lío más.
    ¡Que taproveche roedó de la pradera!

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