«El batir de tus alas»

Alzar el vuelo, encontrar el momento, disfrutarlo…

Con la llegada de las primeras horas del otoño empezamos a notar cómo los días se acortan. Poco a poco las hojas de los árboles se empezarán a vestir de su amarillo o naranja característico, en señal de despedida de las aves que comienzan su migración. Nada acaba. Una nueva época empieza.

Los que quedamos atrás, atrapados en la vida, en las obligaciones diarias, envidiamos el sonido de ese batir de alas, de ver alzar el vuelo, que nos recuerda épocas pasadas. Ahora es tu momento es el momento de volar. 

Volar, cuando se está preparado, es fácil. Solo es necesario levantar las alas, dar un paso al vacío, cerrar los ojos y…, soñar. Basta con cerrar los ojos y soñar para alzar el vuelo. Si lo haces así, dejando de lado el miedo, la negatividad de los que no se atreven a dar ese salto o los gritos de alarma de los cobardes, podrás alcanzar los sueños de un mundo que acaba de abrirse para ti, en una nueva y maravillosa experiencia vital.

Es el momento de aprender, de abrir muy grandes los ojos y los oídos para empaparte de todo lo que hay ahí fuera. Conocer gentes de muchos lugares, de lenguas y costumbres distintas, visitar ciudades y pueblos cargado con tus libros y mochila, probar comidas, reír, quizás llorar, cantar, bailar y amar. Es el momento de alzar el vuelo. Un vuelo alto.

Por suerte el aterrizaje está asegurado. La maniobra es igual que la del despegue. Estar convencido de tomar tierra, es poner rumbo a casa, escuchar las indicaciones de ese lugar seguro, cerrar los ojos y soñar. Soñar con ese abrazo de regreso, con el calor de los tuyos, los que siempre te estaremos esperando para acogerte y protegerte.

Sueña con tener alas, con verlas crecer, con disfrutar de ellas, con el sonido de su batir…, sueña y lucha por conseguir esos sueños, mientras disfrutas del gran momento que estás viviendo, del que vas a vivir. Porque la vida te ha permitido volar y siempre tener un sitio al que regresar. Te queremos. 

Gracias por leerme. 

P.D. ¡¡¡Cabrito!!!, llama de vez en cuando (jejeje).